Cámara pie único, Alonso Churruca.

CAMARA DE MADERA:

Excepcional pieza de colección antigüa año 1880. 1, 80x70x80 aprox. gran camara de estudio de formato 20x25 y más. fuelle perfecto, mecanismos de basculamiento y enfoque perfectos. con objetivo clasico de latón , en perfecto estado. Perteneció a Antonio Torres que vivió en Palencia.Vea:

El Frendo es el lenguaje universal que unirá a todos los pueblos del mundo.\n\n\n\n

Parece ser que hay un diccionario y un manual para aprender este idioma unificador del que era un ferviente divulgador Antonio Torres, fotógrafo que ejerció en Palencia en el “Estudio Fotográfico” de “Mi foto” en la primera planta, por encima de “Bolsos Marin” en la esquina de la plaza Mayor. Estamos hablando de los años 60. Era un hombre afable y super cariñoso con los niños. Tenía un montón de recursos de juegos de palabras y de manos para entretenerte, captar tu atención y sacarte tus emociones y luego plasmarlas en la foto. Antonio Torres con seudónimo "Alonso Churruca" “ideó y desarrolló, el idioma internacional FRENDO. En Francia llego a hablarse en minorías, era la época del Esperanto, y esta lengua era mas asequible de entender que el dichoso y raro Esperanto, pero tuvo un éxito nulo, era muy fácil, era una mezcla de francés, latín, ruso, inglés y castellano”, me comenta Ángel Tejo, otro palentino que sigue la profesión de Antonio Torres en la ciudad de Valencia con “V”.\n\n

Y Carlos Mantilla sabe que compartía por correo, con otros amigos y/o compañeros de fatigas lingüistas su inquietud por el nuevo idioma FRENDO, aunque no todo era positivo, llego a recibir amenazas de muerte, por correo, de algún militar competidor esperantista, de las que se reia con sorna.\n\n

Su cojera física no le impedía moverse con agilidad entre los focos y decorados para ponerlo todo a punto. Incluso resultaba gracioso verle renquear al ir de un lado a otro retocando la postura de un foco o cambiando la postura de la mano del personaje a fotografías. Volvía meter la cabeza tras la cortinilla de la inmensa cámara y repetía el recorrido hasta que encontraba perfecto la pose, las luces y las sombras, el encuadre… Listo para inmortalizar en una placa, la imagen creada en un momento mágico tras decir “Mira el pajarito” sacaba un señuelo y encendía el flash con el fogonazo de la pólvora.SE ENVIA CON SEGURO TOTAL, GASTOS DE ENVIO Y SEGURO A CARGO DEL COMPRADOR, O RECOGIDA EN MANO EN MANISES, VALENCIA.