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ALMANAQUE DEL BANCO VITALICIO DE ESPAÑA. LITOGRAFIA DE LA BATALLA DE LOS POZOS DE TUNEZ
MEDIDAS 44 cm x 25 cm
El suceso histórico, Carlos V sobre Túnez
Tras la doble coronación en Bolonia, una vez desaaparecido el duque de Sforza, Señor del Milanesado, el Emperador Carlos V alcanza el máximo poder en la Europa occidental cristiana. El Imperio Otomano al mando de Soleiman, con sus deseos expansionistas en Europa, había conseguido poner cerco a la ciudad de Viena después de derrotar al Rey de Hungría, que estaba casado con Maria, hermana del Emperador. Viendo éste que la situación geopolítica era muy grave, arma un ejército de alemanes españoles y portugueses y se dispone a la liberación de la ciudad austriaca. El duque de Sforza, temiendo que Carlos invadiera sus dominios, aconseja a Soleiman que levante el cerco, cosa que éste hace evitándose la confrontación.
Los dos imperios se disputaban el dominio del Mediterráneo. El occidental, que era surcado por las naves cristianas en las diferentes rutas comerciales, era constantemente amenazado por los actos de piratería de Barbarroja, que hacia peligrar el libre comercio y además se atrevía a conquistar y saquear ciudades costeras. Soleiman lo nombra almirante de su flota por lo que el poder destructivo era superior. Fruto de estas acciones en agosto de 1534 había conquistado Túnez, que estaba bajo el mando de Muley Hassan vasallo del Rey de España.
HECHO DE ARMAS
Comprendiendo el peligro que suponía la situación de Túnez (amenazaba el pasillo de navegación a Malta y Sicilia), Carlos V reunió una fuerza de coalición hispano-lusa-ítalo-germana de 300 navíos y 25 mil hombres para a recuperación de la plaza.
Para dejar constancia de los hechos, se llevó de cronista a Alonso de Santa Cruz y para que documentara sobre el terreno la campaña, al pintor flamenco Jan Cornelius Vermeyer, que al ser topógrafo dio a las imágenes un sentido más realista.
La empresa comienza en Barcelona con la preparación de la escuadra y pertrechos en mayo de 1535 y termina la toma victoriosa en agosto del mismo año. Fue una victoria militar corta, que fue ilustrada y documentada como uno de los hitos más gloriosos del reinado de Carlos V. Durante toda su vida, manifestó, su orgullo por haber dirigido la “Jornada de Túnez”; para el monarca, que incluso participó en algún lance, supuso algo especial, pues por un lado recordaba otros tiempos épicos pasados y por otro las alabanzas que se hicieron de su persona, pues llegaron a compararle como “el tercer Escipión que tomaba Cartago”. Sin embargo él prefería que se le considerara como el principal defensor del cristianismo y de Europa occidental frente al islamismo Otomano.
Toda la operación militar esta plasmada por Vermeyer en una colección de 12 tapices, que muestran con realidad fotográfica la campaña. En otro orden de cosas, podemos observar los pertrechos militares así como las tácticas que siguieron ambos ejércitos. Tampoco se enmascaran los truculentos sucesos ocurridos, como la costumbre de los turcos de cortar la cabeza a sus enemigos, ni el saqueo que sufrió la ciudad por parte de las tropas imperiales. Finalmente señalar que la sublevación de cerca de 20 mil prisioneros esclavizados contribuyó a decidir la victoria del lado del Emperador.
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