Alatriste acude a la cita, a la que también es enviado Malatesta, un espadachín experto en esgrima como él pero italiano. Ambos reciben la orden de matar a dos hombres ingleses que llegarán a Madrid próximamente. Cuando el día llega, los dos sicarios les tienden una emboscada. Sin embargo, Alatriste sospecha que algo no cuadra y, por un impulso que puede salir caro, deja libre a los ingleses pese a las discrepancias de su compañero Malatesta.