L'ange du mal. (Joseph geefs), Lucifer ,25cm, Resina de maxima calidad.

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En 1837, el escultor belga Guillaume Geefs (Amberes, 1805 - Schaerbeek, 1883) recibió el encargo de tallar el púlpito de la Catedral de San Pablo en Lieja, cuyo tema central era el triunfo de la religión sobre el "genio del mal". Este proyecto seguía la tendencia de la escultura pública monumental que Guillaume y su familia desarrollaron para honrar a figuras políticas de la época, muy en línea con el fervor nacionalista que surgió tras la independencia de Bélgica en 1830. Su obra combinaba técnicas realistas con la estricta disciplina neoclásica y, a la vez, adoptaba un enfoque heroico y romántico, especialmente evidente en la representación de Lucifer.

Desde el principio, Lucifer fue una pieza clave del diseño, que también incluía representaciones de San Pedro, San Pablo, San Humberto de Lieja y San Lamberto de Maastricht, como se evidencia en un dibujo del ilustrador belga Médard Tygat, publicado en 1900. La escultura de Lucifer, labrada en mármol blanco y representada en posición sedente, fue encargada a Joseph Geefs (Amberes, 1808 - Bruselas, 1885), hermano de Guillaume. Joseph completó la obra en 1842, y fue instalada al año siguiente en la base de las escaleras traseras del púlpito. La escultura, firmada en su lado derecho como "Jozef Geefs Anvers", mide 168,5 x 86 x 65,5 cm.

La figura de Lucifer, concebida por Joseph como un joven sensual, desató críticas inmediatas por no ajustarse a un ideal cristiano. Los responsables de la Catedral consideraban que su representación era demasiado atractiva, hasta el punto de distraer a las jóvenes que acudían al templo para escuchar los sermones, según afirmaba la prensa local el 4 de agosto de 1844. Como resultado, el obispo van Bommel ordenó retirar la escultura, conocida también como "el ángel del mal", y encargó a Guillaume una versión más demoníaca.

A pesar de las críticas, la obra de Joseph fue admirada por su refinamiento y elegancia. Más allá de los elementos simbólicos como las alas de murciélago y la serpiente a sus pies, la figura se asemeja más a un Adonis que a un Lucifer. De hecho, guarda relación con Adonis de caza con su perro, otra escultura de Joseph que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Bruselas, donde también se encuentra "el genio del mal" desde 1864. Ambas piezas muestran desnudos juveniles de aspecto suave y andrógino, lejos de cualquier ferocidad.

El "genio del mal" de Joseph, descrito como "una de las obras más inquietantes de su tiempo", captó la admiración de la alta sociedad belga, e incluso el gran duque de Saxe-Weimar-Eisenach encargó una copia en mármol el mismo año de su creación. Por su parte, Guillaume completó en 1848 su versión del "genio del mal" para la Catedral de Lieja. Esta nueva escultura, ligeramente más pequeña que la de Joseph (165 x 77 x 65 cm), mostraba una representación más explícita de las consecuencias del castigo divino: rostro abatido, grilletes en la muñeca y el tobillo, y una postura que reflejaba temor hacia Dios. Su anatomía, más robusta y masculina, incluía elementos monstruosos como cuernos, uñas alargadas y una melena desordenada.

Pese a las demandas del clero, Guillaume no renunció por completo a dotar a su Lucifer de cierto atractivo humano, evocando así el concepto de la belleza asociada al mal. Este contraste entre lo divino y lo humano consolidó a ambas esculturas como iconos de la escultura belga del siglo XIX.

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From 06/09/2019
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