A mediados de los cuarenta Ringo es un chaval de quince años que pasa las horas muertas en el bar de la señora Paquita moviendo los dedos sobre la mesa como si repasara las lecciones de piano que su familia ya no puede pagarle. En esa taberna del barrio de Gracia es testigo de la historia de amor entre Vicky Mir y el señor Alonso: ella una mujer entrada en años y en carnes masajista de profesión ingenua y enamoradiza él un cincuentón apuesto que empezó frecuentando a la mujer para curarse de una lesión en el pie y ha acabado instalándose en su casa. Allí viven junto a Violeta la hija de la señora Mir hasta que sucede algo inesperado: un domingo por la tarde Vicky se echa a las vías de un tranvía intentando un suicidio imposible y patético mientras el señor Alonso desaparece para no volver. Lo único que queda de él es una carta que prometió escribir y que Vicky estará esperando y deseando hasta la locura mientras Violeta mueve sus espléndidas caderas por el barrio.