Bajo el reinado de Pedro el Ceremonioso la Corona de Aragón se expandió allende sus fronteras hasta convertirse en una de las principales potencias del Mediterráneo. Cinco décadas en el trono acreditan el carácter de un monarca tenaz y habituado al conflicto un hombre que en la última etapa de su vida se verá enfrentado a retos trascendentales: asegurar un heredero digno y fortalecer las bases de su imperio en la justa pretensión de hacerlo imperecedero.