El museo Dupayne era una institución visitada por eruditos y asociados. Pero habia una parte de la colección que rara vez resultaba indifirente a las visitas del recinto: La Sala del Crimencuyas paredes albergaban una selección de los grandes asesinatos cometidos en la Inglaterra de entreguerra rica en detalles vestigios y pruebas. Una sala cuya negra leyenda estaba a punto de cobrar vida con un asesinato brutal que se convertiria en un aútentico desafío para los investigadores de Scotland Yard.