Es indudable que existió, permanece y nunca se extinguirá, la fuerte corriente de simpatía y devoción que el proceso histórico, el espíritu revolucionario de nuestros pueblos, sus sólidas raices fraternales y la fuerza maravillosa de la poesía, establecieron entre esta heroica y legendaria isla del Caribe y aquel excepcional artista del extremo austral, que consagró su vida y obra a la Revolución de los pobres del mundo.