2009.Rústica .Precintado original.SINOPSIS:Como una sabia, bienvenida, esperada costumbre, Hermenegildo Sábat ofrece una vez más un libro en el que, además de plasmar su oficio cotidiano y apasionado del dibujo, suma otro arte que es el de esos textos apócrifos (pero a veces no tanto) con los cuales nos deleitó ya en Que no se entere Piazzolla o en Siguen las firmas... Esta vez el tema es Juan Carlos Onetti, de quien el periodista-dibujante-poeta artista fue no sólo compatriota sino colega y amigo, habitantes ambos de esa otra patria que es el arte con mayúsculas.