Condition of the lot: Normal (with signs of use)
Acción de 500 francos de la "Compagnie des Mines et Fonderies de Santander et Quirós" (Compañía de Minas y Fundiciones de Santander y Quirós), Cantabria / Asturias (1868). Esta empresa había tenido su origen en los años 1857-60, en que la sociedad Minas de la Compañía de Chauviteau estudió la instalación de un complejo hullero y siderúrgico en Asturias, en la región de Quirós. Los informes previos a tal plan fueron realizados por Gabriel Heim, socio representante de la Compañía Chauviteau, que investigó geológicamente la cuenca carbonífera de Quirós. Las conclusiones sumamente optimistas de Heim llevaron a la formación de la Societé Houillère de Quirós. El proyecto de Heim pretendía la conducción de los carbones extraídos al puerto de San Esteban de Pravia, a cuyo efecto se hizo el estudio de un ferrocarril que, empalmando en Benavides con el de Palencia a Ponferrada y atravesando el Valle de las Babias, penetraría en Asturias por el puerto de Ventana, y pasando por Quirós iría a terminar al puerto de Pravia. Pero al ser subastado el ferrocarril leonés-asturiano por Pajares, el proyecto fracasó y la Sociedad Hullera de Quirós limitó sus actividades al suministro de carbones a la Fábrica Nacional de Trubia, construyendo al efecto una carretera, de 25 kilómetros, de las minas al citado establecimiento. Mas, concluida la carretera, se apagaron los altos hornos de Trubia, lo que a su vez produjo la paralización de las recientemente puestas en explotación minas de Quirós. Estos motivos y otros especiales de la empresa, provocaron una crisis que dió por resultado la transformación de la Sociedad Hullera de Quirós, adquiriendo la Compañía de Minas y Fundiciones de Santander la propiedad de aquellas minas. Dicha compañía se había establecido en Comillas en el año 1856, con objeto de explotar las calaminas de las provincias de Santander y Guipúzcoa. La nueva empresa estudió la posibilidad de beneficiar el hierro en el mismo lugar y, bajo la dirección de J. Thiebaut, decidió que mejorarían las condiciones de arrastre si las primeras materias se convertían en el mismo punto de sus yacimientos en productos elaborados. En consecuencia, el 1 de agosto de 1868 dieron principio las obras para la instalación de dos altos hornos, que fueron encendidos, el uno, el 20 de julio de 1870, y el otro, el 7 de agosto de 1875. Para beneficiar los productos de los altos hornos de Quirós, la empresa construyó una fábrica de hierros en la Vega de Trubia, al lado del río del mismo nombre, en un punto inmediato a la estación de los ferrocarriles de Asturias, Galicia y León. Uniendo todas sus pertenencias en Quirós y Trubia, la compañía estableció un ferrocarril minero de 39 kilómetros, desde las minas de Santa Marina en Quirós, hasta la fábrica de Hierros en Trubia, pasando al pie de los altos hornos de Quirós. Pese a tan notables esfuerzos, los resultados fueron desalentadores, y en 1887 se disolvía la sociedad, pasando sus propiedades a la Fábrica de Mieres, con la que ya mantenía estrechos vínculos.