Grabado en diciembre de 1956 con un quinteto en el que destaca poderosamente el sonido del gran saxofonista tenor, Sonny Rollins. Entre los temas grabados, destaca la composición dedicada a su gran amiga y protectora, la baronesa, Pannonnica "Nica" de Koegniswater. Una mujer que sintió especial predilección por los "boopers". Uno de los discos esenciales de Monk y uno de los más importantes del jazz moderno. Imprescindible.