Partituras encuadernadas en plena piel con iniciales en plata entrelazadas de la señorita a la que se lo regaló, Carmen Satrústegui que vivía en San Sebastián en la Torre de Satrústegui y era hija del barón de Satrústegui, y por lo que se indics en la dedicatoria era alumna suya. Posiblemente se trate de un regalo de boda, ya que está dedicado el 12 de septiembre de 1897, y Carme Satrústegui se casó el 16 de septiembre de 1897. Las partituras conservan sus cubiertas bellamente ilustradas, 57+57 pp