Antiguo Reloj de Oficial o de Carruaje con Estuche Original. Francia, S. XIX
Este exquisito reloj de carruaje, también conocido como reloj de oficial, es una auténtica joya de la relojería francesa del siglo XIX. Procedente de Francia y conservado en un estado notable tanto en funcionamiento como en estética, este reloj combina la funcionalidad con la elegancia de la época. Su caja rectangular está realizada en latón con un hermoso acabado patinado por el tiempo, coronada por un asa superior articulada que evoca su uso original en viajes y desplazamientos. Las paredes, de cristal biselado en sus cuatro lados, permiten admirar el fino mecanismo interior, completamente visible desde el lateral.
El frontal muestra una esfera de porcelana blanca finamente impresa, con numeración arábiga y dos delicadas agujas poire negras, típicas del diseño francés del XIX. A sus pies, una pequeña subesfera aloja la función de alarma o despertador, característica muy valorada en este tipo de piezas. La porcelana presenta pequeñas líneas de fisura en la parte inferior, leves y superficiales, que en nada restan a su atractivo, sino que aportan carácter y autenticidad. El mecanismo incluye un sistema de seguridad para el tren de alarma, evitando forzar el muelle, muestra del cuidado con el que fue concebido.
El reloj viene acompañado de su estuche de cuero original con tapa superior, abertura frontal y correa de transporte. Aunque el cuero muestra signos del paso del tiempo, las señales de desgaste en la tapa y en las correas laterales no hacen más que confirmar su origen y antigüedad. Este tipo de relojes fue creado a principios del siglo XIX por Abraham-Louis Breguet para Napoleón, y se popularizó como indispensable para oficiales y viajeros, reemplazando los relojes de péndulo por un mecanismo más resistente, basado en escapes similares a los de los relojes de bolsillo.
Pieza buscada por coleccionistas e ideal para lucirse en una vitrina, este reloj de carruaje no solo es testimonio de una época, sino también una excelente inversión decorativa. Su silueta compacta y su bello diseño permiten que luzca de maravilla tanto en ambientes clásicos como en contrastes modernos.
No dejes escapar esta pieza elegante y con historia, perfecta para enriquecer cualquier colección de relojería antigua.
Medidas: 10 x 6,5 x 5,4 cm (3.93 x 2.55 x 2.12 in).
Historia de los relojes de carruaje
Los relojes de carruaje, también llamados relojes de oficial, surgieron a principios del siglo XIX como una evolución necesaria del reloj de sobremesa. Diseñados para ser portátiles y resistentes, fueron popularizados por Abraham-Louis Breguet, uno de los más grandes relojeros de la historia, quien fabricó el primero de estos relojes en 1812 para Napoleón Bonaparte. A diferencia de los relojes con péndulo, el reloj de carruaje emplea un sistema de escape robusto que lo hace ideal para el transporte y los movimientos bruscos.
Durante el siglo XIX, estos relojes se convirtieron en accesorios imprescindibles para los oficiales militares, comerciantes de alto rango y aristócratas que viajaban en diligencia. Por ello, se les dotaba de estuches protectores de cuero con ventanas frontales, como el que acompaña a este ejemplar. Los relojes de carruaje son además testimonio del refinamiento técnico de la relojería francesa, donde destacan casas como Japy Frères, Drocourt, o Le Roy, entre muchas otras.
Hoy en día, estos relojes no solo se valoran por su estética, sino también por su precisión y el encanto de su mecánica visible. Su valor ha crecido de forma constante entre los coleccionistas, especialmente cuando conservan su estuche original. Esta clase de piezas, cuando están en funcionamiento y bien conservadas, son cada vez más escasas y demandadas tanto en Europa como en Estados Unidos y Asia.
Adquirir un reloj de carruaje del siglo XIX es hacerse con un fragmento auténtico de historia europea, un objeto que trasciende el tiempo y combina utilidad, belleza y legado cultural.