Según indica el propio autor en el primer capítulo, el interés del libro estriba en que el diario de Amiel es: “la ventana anónima de la calle estrecha que nos enseña un interior mediocre, pero lleno de sentio profundamente humano, de glorias y bostezos de calibre vulgar, y por lo tanto, iguales a los nuestros”. Recoge el libro el diario de Henri Fréderic Amiel, que nació en Ginebra en 1821, y a lo largo de su vida escribió un diario que Marañón analiza desde la perspectiva psicológica. Edición en rústica con solapas. 335 pgs. 19×13 cm. Buen estado general