Marc Seguin (Ainé). De l'influence des chemins de fer et de l'art de les tracer et de les construire. 1839. Primera Edición.
Liege. Leroux et comp. 1839. 322 páginas.
Incluye las 6 láminas con dibujos plegadas al final y una tabla plegada intermedia.
Encuadernación de época con faltas y algunos puntos de óxido y manchas.
Marc Seguin, llamado «Seguin Ainé» (Annonay, 20 de abril de 1786 – Annonay, 24 de febrero de 1875), fue un ingeniero e inventor francés, recordado por sus aportaciones tempranas en el desarrollo de las locomotoras francesas y por la construcción de los primeros puentes colgantes en el país. Participó en el origen de la vía férrea de la línea Lyon - Saint-Étienne, la segunda construida en Francia. En esta línea circularon las primeras locomotoras francesas construidas por Marc Seguin basándose en las locomotoras de George Stephenson, que el equipó con su invención, la caldera tubular, lo que multiplicó por seis la potencia generada por esas máquinas: la ebullición se obtenía por la circulación de los gases del hogar en los "tubos de fuego" atravesando el cuerpo del calentador. Su primera máquina rodó el 1 de octubre de 1829.
En el capítulo sobre el rendimiento de las locomotoras de vapor, rechazó por primera vez la teoría calórica porque su premisa principal, la existencia de calor como fluido conservado en todos los procesos, permitiría la reutilización del calor en un motor y, por tanto, implicaría un movimiento perpetuo. "Me parece más natural suponer que una cierta cantidad de calor desaparece en el acto mismo de la producción de fuerza o potencia mecánica, y viceversa; y que los dos fenómenos están vinculados entre sí por condiciones que les asignan relaciones invariables". Esta suposición fue la base para su posterior reivindicación de prioridad sobre Joule y Mayer en la afirmación de la convertibilidad y conservación del calor y el trabajo".