A fines del Siglo XIX L´imprimerie de L´Epinal editó en la ciudad de Kansas, las primeras aleluyas americanas. En esa época los primeros tebeos infantiles se editaban en forma de pliego de cordel.
Con la litografía en color este tipo de publicación infantil (los primeros tebeos) tuvieron un impulso importante. Se editaban pliegos sueltos que luego han desaparecido en su mayoría.
Em Kansas se editaron sesenta de estas aleluyas coloreadas y sueltas; están impresas en Francia pero impresas en inglés.
Posteriormente con el mismo material L´Epinal (1888) hizo otras dos ediciones en forma de libro, se trataba de encuadernar las aleluyas y presentarlas en un "Album"; la segunda edición coleccionó los sesenta pliegos en un libro titulado Albún; la tercera edición fue más tardía y tuvo menos pliegos, pues algunas piedaras litografícas se estropearon. Estas ediciones posteriores tienen los pliegos de menor tamaño que aquellos que se vendían sueltos y de uno en uno.
La diferencia entre los pliegos sueltos y los encuadernados, además de la nitidez de la impresión y de la viveza del color, está en el tamaño: pues el del aleluya puede alcanzar los 40,2 X 30,3 cm. mientras que la hoja del albún tiene 1,5 cnt. menos de margen. En la primera fotografía presentamos un aleluya al lado de la misma hoja de la edición en album; puede apreciarse la palidez de los colores en la edición posterior.
La acidez del papel de esta edición ha hecho que no se conozcan ejemplares sueltos de aquel primer tebeo americano. Lo que ofrecemos es una colección completa de los primeros 60 aleluyas americanos.
Han sido tratados y desacidificados por D. Ángel Camacho, soportando la lámina por detras con un finísimo papel japón transparente, y el estado actual es muy bueno y muy manipulable, si bien alguno de los pliegos tiene algún márgen festoneado por pérdidas, sin afectar ni al texto ni a la imagen; los pliegos primero y sesenta son los más afectados, en el último, el Nº 60, es el único que hay afectación de imagen y texto; está afectada la viñeta del piliegue y una de la esquina.
Se conserva el fragmento faltante como testimonio de la autenticidad y del proceso de consolidación y desadificación. Muy buena conservación de los restantes aleluyas.
Se conocen muy pocos aleluyas sueltos de aquella primera edición, y ninguna serie completa.
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