CRISTO DE LA HUMILDAD Y PACIENCIA, Parroquia de San Agustín finales S. XIX, CÁDIZ 56x21x22 cm

Magnífica figura de imaginería gaditana de finales del siglo XIX, adquirida por mi antepasado Alfonso en la histórica Parroquia de San Agustín. Uno de los conventos más antiguos y hermosos de la ciudad, de principios del siglo XVII, en rivalidad con el de San Francisco. En Cádiz muchos de los grandes artesanos del Barroco Sevillano se trasladaron a Cádiz durante el siglo XVIII atraídos por la riqueza de la Casa de Contratación. Surgieron de ello muy buenas muestras de esta imaginería y este Cristo no es sino un remanente de ese pasado olvidado.
Historia de esta parroquia en la "Manual del Viajero en Cádiz" del Alcalde Adolfo de Castro en 1859"
"Iglesia de un convento que fue de religiosos Agustinos calzados. Fundose en otro sitio en 1593. En 25 de setiembre de 1617 se trasladó adonde hoy existe el edificio, no sin contradiccion por parte de la ciudad y grandes pleitos por el convento de San Francisco, fundándose este en perjudicarle tal cercanía.
El altar mayor es muy arreglado á arte y de buen gusto. Es de madera pintada a imitacion de jaspe. Tiene dos cuadros originales de don Domingo Alvarez, primer director de pintura de la Academia de Bellas Artes, obras medianas. Uno representa á Sto. Tomás de Villanueva dando limosna á los pobres; y el otro á Sta. Rita en éxtasis, asistida de un ángel.
Lo que hay dignísimo de ver en esta iglesia es la imágen de Cristo crucificado, llamada Jesus de la buena muerte, obra del eminente escultor Juan Martinez Montañez, notable por el gran estudio de la naturaleza, y por la espresion de dulzura que hay en su semblante.
Otro objeto de curiosidad histórica hay en esta Iglesia. Tal es un tronco de naranjo y con dos cruces en el centro. El maestro y cronista Gil Gonzalez Dávila en la Vida y hechos del Rey Don Felipe III escribe lo siguiente:
"Un jueves á 2 de enero de este año (1620) partiendo en el alcázar de Sevilla un tronco de un naranjo un esclavo llamado Antonio, de nación Mozambique, que lo era de Juan Gallardo de Céspedes, veinticuatro de Sevilla, rajándole para echarlo en la lumbre, le abrió y descubrió en medio del corazon dos cruces muy bien formadas, una de cada parte, iguales y parejas, cada una de tamaño de once dedos, el pié como del Calvario, y en lo alto de la Cruz un título tan perfecto y tan acabado, como si con un pincel le pintara Miguel Angel. Hízose informacion ante Lázaro de Olmedo, escribano de los Alcázares, que lo vió y dió testimonio de ello; y en el día que se vieron las santas cruces fué el de mayor tormenta que vió la mar y se perdió una armada que pasaba á las Indias Filipinas, y otra que vino del Turco que pasaba de setenta galeras, acometió la ciudad de Manfredonia, del Reino de Nápoles, en la provincia de Capitinata, y entrando los enemigos, con poca resistencia, pasaron á cuchillo gran parte de sus moradores; y á los que perdonaron la vida llevaron en esclavitud; y despidiéndose de ella, la prendieron fuego." Éste tronco de naranjo se expone á la contemplacion de los fieles en los dias de Semana Santa."
No se trata de una figura de gran valor artístico pero sí que posee un enorme valor simbólico por pertenecer al espíritu religioso de la ciudad de Cádiz. Figura tenida en gran estima en la Parroquia de San Agustín hasta que fue dada a mi bisabuelo Alfonso, quien era hermano de la Cofradía.