Obra religiosa que representa la Inmaculada Concepción, pintada por José Pulgar sobre tabla. La Virgen María aparece flotando entre nubes, rodeada de ángeles y querubines, con un fondo dorado que simboliza lo divino. Vestida con manto blanco y azul, la figura transmite serenidad y espiritualidad, capturada en un estilo que combina el realismo tradicional con la iconografía religiosa clásica.