Óleo lienzo El Buen Pastor siglo XIX copia de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla,1617 - 1682)
El Buen Pastor
Óleo sobre lienzo
Medidas del lienzo: 102 x 80 cm., medidas con marco: 111 x 90 cm.
Con marco en madera lacada en negro y dorada
Murillo ha pasado a la historia como uno de los grandes pintores de temas infantiles, y ello no sólo por sus famosas escenas costumbristas protagonizadas por niños, sino también por representaciones como ésta, en la que aparece el Niño Jesús en la metáfora bíblica del buen pastor que apacienta y cuida de sus ovejas. Se trata de un tipo de imágenes de gran éxito entre la sociedad sevillana de la época, y cuya eficacia devocional se ha mantenido intacta a través de los siglos. En este tipo de obras, que en muchos casos iban destinadas al culto privado, su autor se muestra como un verdadero maestro a la hora de conjugar un estilo sabio y delicado con un contenido amable y dulce. Sin embargo, dueño como era de un poderoso sentido de la composición, las dota de notable monumentalidad y equilibrio. Las ruinas de arquitectura que aparecen al fondo, tienen un doble sentido. Por una parte se enmarcan dentro de una tradición virgiliana que se manifiesta en literatura y artes plásticas y que gusta mucho de la imagen del pastor entre los restos caídos de un pasado esplendoroso. Por otra, la iconografía cristiana utilizó frecuentemente la referencia a ruinas clásicas como símbolo del paganismo vencido. El estudio del colorido, en el que predominan las gamas frías, ha llevado a fechar esta obra en torno a 1660, poco antes de que realizara los grandes lienzos para Santa María la Blanca (P994 y P995). Originariamente era algo más pequeña, pero fue agrandada antes de 1746 para que formara pareja con San Juan Bautista niño (Texto extractado de Portús, J.: Guía de la pintura barroca española, Museo del Prado, 2001, p. 186).