"De aquellos sucesos tan solo puedo decir que uno, con razon, se sostiene entre mis recuerdos, y este es el humo. Era una columna de humor color ceniza, que se incorporaba al cielo de la ciudad de Chingola; ajena a un leve viento crepuscular, la columna se izaba espesa y morosa, rotunda y tan imparable como el girar de los planetas."