El libro que abre En busca del tiempo perdido. Una experiencia literaria inolvidable. Combray es una pequeña localidad francesa, situada no muy lejos de la capital, inspirada en el pueblo donde Marcel Proust pasaba de pequeño las vacaciones de verano. Y es, tambien, uno de los nombres miticos de la literatura del siglo XX, un relato de una belleza intensisima y sostenida, centrada en la iniciacion de un adolescente en el culto a la belleza, la literatura y el descubrimiento de sus pulsiones eroticas.