El viñedo y el vino han dado al Campo de Cariñena su identidad, pero también es deudora la comarca de una larga historia, que aún se respira por calles y callejuelas. Son, éstos, parajes de llanura que al mismo tiempo se empinan por bellas laderas de montes desconocidos y deliciosos para el caminante. Lugares donde la gente trabaja la tierra con la fuerza del campesino y la delicadeza del ceramista, donde Goya dejó temprana huella y el mudéjar alcanza, como los vinos, su gran expresión.