Lo que se suponia que iba a ser un librito menor para salir del paso, el devenir de los años no hace mas que seguir dando brillo a esta novela de Dostoievski, El jugador, escrita de forma apresurada, pero de belleza indiscutible, pues es precisamente la frescura de las palabras dictadas a Anna Grigorievna la base de la potencia del relato.