El palacio de las blanquísimas mofetas (1980), de Reinaldo Arenas, es la segunda novela de su célebre “Pentagonía”. La obra continúa la historia de Fortunato, un niño campesino que, tras dejar atrás el campo, se enfrenta a la vida en la ciudad. En este relato, Arenas explora la transición entre la infancia y la adolescencia marcada por la marginalidad, la represión sexual, la miseria social y la violencia política en Cuba. La narración mezcla lo realista con lo alucinado, reflejando tanto la crudeza de la vida cotidiana como la desbordante imaginación del protagonista. El “palacio” del título no es un lugar real, sino una metáfora de la ilusión, la evasión y la fantasía frente a la opresión y la sordidez.