En el momento en que se pretende que todo ha sido dicho, que no hay ya mas secretos ni censuras, en el momento escogido para la apologia, omitir la alabanza proveniente de la indiferencia, abordar un pensamiento demasiado bello par ser verdad, constituye, probablemente, un accidente...¿de donde proviene esta reserva ante lo admirable, sino de un rumor hostil a la conjuracion de la aquiescencia y de la exigencia de cualquier otro discurso posible?