Todo empezo hace muchas, muchas lunas, cuando un escritor y un ilustrador se encontraron en medio de un bosque tenebroso. Arropados por la oscuridad de la noche, se confesaron algun que otro terrible secreto entre risas, hicieron una hoguera con ramas y hojarasca e invocaron a los espiritus de la inspiracion. Ya habia pasado la medianoche, cuando de las sombras de las llamas crecieron monstruos y niñas monstruosas y, cuando parecia que ya no iba a aparecer nada mas, se les acerco un ser hasta entonces nunca visto. El escritor lo bautizo con el nombre de Zarah y el ilustrador lo dibujo y le confirio una mirada fogosa y un genio intrepido