Estamos ante un tomo tan buscado como Alternativa 3 de Leslie Watkins - colonias humanas en Marte- o La Luna, una misteriosa nave espacial, de Don Wilson - explica que nuestro satélite es una esfera artificial hueca de titanio, una nave estraterrestre.
En 1979, el zaragozano Javier Esteban publicó, bajo el pseudónimo de Douglas O’Brien, esta obra Bases de ovnis en la Tierra. La presentó al Concurso Julio Verne de literatura de ciencia ficción. Hablaba de las aventuras de un agente estadounidense que perseguía platillos volantes, entrevistaba a testigos, recogía muestras… Se llevó el segundo premio. Todavía hoy se hacen cruces sobre la verosimilitud del relato.
La verdadera historia de este libro está en:
http://think.arp-sapc.org/x970620b.html
El libro:
- Autor: Douglas O´Brien (seudónimo de Javier Estéban).
- Título: Bases de ovnis en la Tierra.
- Fecha: 1979.
- Referencia: Zaragoza, Editorial Alvarez Esbec.
- Tirada: Tan solo 200 ejemplares por quiebra de la editorial.
- ISBN: 84-85577-04-3.
- Diseño portada: Julio Vivas.
- Encuadernación: Rústica plastificada con lomo americano.
- Paginación: 223 páginas.
- Dimensiones: 20 x 13 cm.
- Comentarios: Finalista Premio Julio Verne 1979.
- Texto contraportada: El presente libro, escrito por un hombre que ha dedicado gran parte de su vida profesional a combatir a cuantos defienden haber visto naves procedentes de otros mundos, y que ha actuado como «hombre de negro» en múltiples ocasiones, esclarece definitivamente muchos aspectos de tan controvertido tema. Ahora, aun con grave riesgo de su seguridad personal, el autor aporta datos concretos y comprobados acerca de innumerables apariciones de OVNIS cerca de las más importantes experimentaciones con armas atómicas. Nos habla de su fabulosa capacidad de maniobra a velocidades impre sionantes, siendo inalcanzables tanto cuando surcan nuestros cielos como cuando se sumergen en los más profundos abismos marinos.
A través de este apasionante relato conoceremos la presencia de gigantescas bases submarinas, cuyos movimientos han sido detectados, sin que nuestros actuales medios nos permitan, tan siquiera, una ligera aproximación. El encomiable pacifismo de nuestros visitantes sólo se ve empañado por una angustiosa pregunta: ¿Por qué somos vigilados tan estrechamente?
- Introducción: Durante años he combatido a quienes decían haber visto o tener contacto con naves de otros mundos. Sometido a la disciplina que se exige a cualquier agente secreto y a mis propias convicciones trataba de destruir lo que consideraba patrañas, embustes y acciones de gente sin escrúpulos o de comportamiento demencial.
La experiencia me ha demostrado que el equivocado era yo y cuantos tratan de desprestigiar algo natural y positivo. No estamos solos en el cosmos, el planeta tierra está siendo visitado por extraterrestres que, además, descansan y se estacionan en bases ignoradas en su mayoría.
Puedo asegurar que no existen bases terrestres, al menos en lugares medianamente habitados, pero sí tenemos pruebas concluyentes de que miles de naves aéreas han descendido a las profundidades de distintos mares, se les ha localizado cuando entraban o salían, a veces por otro mar opuesto al que permitió su acceso, en ocasiones con una diferencia de varios días. Esto nos conduce a una conclusión: ¿ Se comunican nuestros mares por lo más profundo de los abismos ? ¿ Existe un lugar carente de agua y de las terribles presiones allá existentes donde pueden repararse los OVNIS y descansar sus tripulantes ? ¿ Por qué nunca han atacado a nuestros aviones, limitándose a defenderse cuando no les dejábamos otra alternativa ? ¿ son, pues, pacíficos ciudadanos, científicos y estudiosos ?
Alguna de estas preguntas trataré de contestarlas en esta obra, para mí ya todas tienen respuesta, una respuestas que satisfaría muy poco a los gobiernos y mucho a las personas de buena voluntad que defienden contra viento y marea su correcta posición de anfitriones y miran con ilusión y confianza a quienes demuestran se más civilizados, más inteligentes y, desde luego, más pacíficos.
- Una entrevista con el autor:
Javier Esteban
En 1979 publicó la novela Bases de ovnis en la Tierra y se armó el gran follón. Los ufólogos de todo pleaje, incluído el famoso J.J. Benítez, la tomaron como la piedra angular del cientifismo. El autor se troncha de risa.
ES LA FANTASIA DE UN CRIO DE 19 AÑOS
por Joaquín Carbonell
-Empecemos por el principio
-Vamos allá: en 1979 publiqué una novela llamada Bases de ovnis en la Tierra y por cuestiones que no vienen al caso, la editorial quebró y sólo editó 200 ejemplares, que rápidamente se vendieron. A los pocos meses, los ufólogos de campanillas, la leyeron y se la creyeron...
-¿Se creían lo que no era sino ficción?
-Así es: yo contaba las aventuras de un agente secreto de la CIA que mataba ufólogos, bombardeaba la luna, submarinos atómicos que desaparecían... Expedientes X a lo bestia con once años de adelanto, y con un millón de dólares de desventaja...
-Pero todo ello era falso, era una novela...
-Claro. Ya me contarás, tenía entonces 19 años, y encima el protagonista decía que era agente de la CIA, que había estado por medio mundo dando vueltas. Esos ufólogos decían que yo era el protagonista y que les iba a facilitar documentos estremecedores.
-¿De dónde sacó los datos para su novela?
-De las hemerotecas. Me fui a la hemeroteca del ayuntamiento, tomé varios tomos de "El Heraldo" y en 15 días tenía la coumentación: buscaba dónde había accidentes de aviones, espías, terroristas, fantasmas, cosas raras, y los aplicaba a mi historia. Fíjate qué manera de investigar.
-¿Y me dice que los ufólogos se creían esas historias?
-A pies juntillas, claro; ellos luego consultaban las hemerotecas y constataban que los datos eran reales...
-Luego entró en contacto con ellos.
-Sí, ellos conmigo. Yo me asombré cuando gentes de campanillas me llamaron para ver si tenía más datos que no había publicado. Mi dilema fue o ir a más hemerotecas a buscar más historias, o reírme a carcajada batiente. Opté por esto último.
-¿Qué gente de campanillas había ahí?
-El famosísismo J.J. Benítez escribió un artículo en "El Heraldo de Aragón", que es un refrito de cuatro capítulos de mi novela. En vez de atribuirlo a una novela cuenta que son sus contactos con altos círculos americanos. La realidad era la fantasía de un crío de 19 años.
-Creo que en Estados Unidos lo quieren reeditar.
-Si, se va a publicar allí. Ya que hemos montado el caca, a ver si por lo menos sacamos unos millones de dólares, claro.
-¿Su moraleja?
-Que estos tipos son capaces de creer cualquier estupidez que confirme sus alucinaciones.
El Periódico de Aragón, 14 noviembre 1996
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