Publicado por Amigos de la Historia/Editions de Crémille, 1972.
tapa dura, simil piel con sobredorados. 12 x 18 cms., 360 pags.
'Servidumbre y grandeza de la vida militar' con cuatro novelas cortas de Alfred de Vigny (1797-1863), publicadas en 1835, cada una precedida de amplias reflexiones: el autor ha expresado en ellas sus experiencias de soldado y sus meditaciones en torno al oficio de las armas en la época moderna. El primero, «Laurette, o el sello rojo», cuenta de un oficial de marina que, bajo el Directorio, conduce a la Guayana a un joven condenado, junto con su esposa.
El comandante, viejo y sin afectos, siente cariño por aquella joven pareja, feliz en medio de su desventura. Al llegar el buque a la línea ecuatorial el comandante abre una carta sellada del Directorio: es la orden de fusilar al joven. Aun no sintiendo estima por los hombres de aquel gobierno, obedece como soldado. La esposa se vuelve loca y el anciano la protege teniéndola a su lado; más tarde pasa él al ejército y la lleva consigo en un carrito durante las campañas napoleónicas; así expía como hombre su deber cumplido como soldado. Cuando él muere, ella muere también en seguida. En «La vela de Vincennes» el autor, de servicio en la fortaleza, conoce al antiguo guardián del polvorín, que tiene a su lado a su hija y al novio de ella: un cuadro de felicidad entre sus alegres recuerdos del siglo XVIII. Pero el anciano, preocupado por una inspección que debe hacerse al día siguiente, vuelve a echar una ojeada final al polvorín; la bujía provoca una explosión que le mata.
Más amplia es «La vida y la muerte del capitán Renaud, o el bastón de junco». Llevado al ejército por su juvenil entusiasmo por Napoleón, Renaud, cuando su ídolo pierde para él su gran prestigio, permanece a pesar de ello en el ejército, por su patria y por su honor. Humano y heroico en su graduación modesta, los soldados lo adoran. En vísperas de la revolución de 1830, cuando ya había enviado su dimisión, reanuda el servicio, pensando que sus hombres debían librar la más dolorosa de sus batallas. Su recuerdo más torturante era el de haber matado a un jovencito ruso en una lucha en medio de la oscuridad; ahora morirá del golpe de un muchacho inconscíente, armado por los revoltosos. Son memorables las páginas que narran, con rara penetración histórica y psicológica, la entrevista de Napoleón y Pío VII en Fontainebleau, a la que Renaud asiste sin ser visto. Esta narración explica el significado de toda la obra, que puede parecer a un tiempo una condena y una exaltación de la vida militar.
Cuatro narraciones sucesivas, que conducen, por un sabio laberinto concéntrico y deliciosas curvas, a un elevado fin filosófico y social. Podríamos decir que en Vigny el pensador crea en todo momento al escritor.