Veinticinco años después de su graduación, el juez Ernst Sebastian asiste a una reunión con sus excompañeros de clase. El reencuentro despierta en él el recuerdo de un incidente oscuro de su juventud: el silencioso castigo que infligió a un amigo judío, Franz Adler, por el mero hecho de su diferencia. Atrapado por la culpa, Sebastian revive ese momento decisivo y aprende que algunas heridas no se cierran con el tiempo.