Cuando a Lucio, un hombre común, le diagnostican una enfermedad terminal, decide que no va a morirse sin antes vivir de verdad. Esta novela es una celebración de la vida, el amor y los pequeños placeres que damos por sentado. Brizzi logra un equilibrio entre el humor y la emoción, llevando al lector por una montaña rusa de sentimientos. En esos cien días, Lucio buscará redimirse, despedirse, reír y llorar. Una historia que conmueve sin caer en la cursilería. Un canto vitalista y profundamente humano.