Desde la mirada de Daniel el Mochuelo, un niño de pueblo que se enfrenta al paso a la adolescencia, Delibes traza un retrato nostálgico y entrañable de la vida rural española. La obra está cargada de ternura, ironía y profundidad moral, mostrando el contraste entre la inocencia y las reglas adultas. Un clásico que habla del tiempo, la pérdida y el aprendizaje, con una prosa limpia como un arroyo. Literatura que no envejece.