En tono ligero pero con mordacidad, esta novela satiriza la alta sociedad francesa a través de los encuentros y confesiones que tienen lugar tras los banquetes. Saint-Laurent disecciona el deseo, la ambición y la hipocresía entre copas y anécdotas picantes. Con diálogos chispeantes y crítica social sutil, convierte la mesa en el verdadero teatro de las pasiones humanas.