Un clásico de la historiografía moderna. Elliott analiza cómo España pasó de ser una unión dinástica a convertirse en el mayor imperio del mundo, y cómo esa hegemonía terminó desmoronándose. El autor combina rigor académico con una prosa clara, tratando temas como la monarquía, la religión, la colonización y los conflictos internos. Imprescindible para entender el origen de la España moderna y su legado contradictorio.