Visado para Siberia

Giuglaris, Marcel: Visado para Siberia, Madrid, Cid, 1964, Rústica, 179 pág, 23x16, fotos b/n

'En 1582, Siberia, ese enorme territorio que se extiende entre los Urales y el Pacífico, entre el Ártico y las cadenas montañosas asiáticas, fue anexionado a Rusia. Desde el siglo XVIII se destinó a servir de lugar de deportación para condenados politicos, religiosos y criminales vulgares. Durante trescientos años, y pese a algunos débiles intentos de «colonización» realizados en tiempos de Catalina II, continuó sirviendo casi exclusivamente a ese fin. Tanto para el ruso como para el occidental, Siberia era sólo ese «lugar maldito», ese «infierno blanco», el inmenso penal de todas las Rusias.En 1582, Siberia, ese enorme territorio que se extiende entre los Urales y el Pacífico, entre el Ártico y las cadenas montañosas asiáticas, fue anexionado a Rusia. Desde el siglo XVIII se destinó a servir de lugar de deportación para condenados politicos, religiosos y criminales vulgares. Durante trescientos años, y pese a algunos débiles intentos de «colonización» realizados en tiempos de Catalina II, continuó sirviendo casi exclusivamente a ese fin. Tanto para el ruso como para el occidental, Siberia era sólo ese «lugar maldito», ese «infierno blanco», el inmenso penal de todas las Rusias.
En «Visado para Siberia», Giuglaris, libre de toda preocupación o prejuicio apriorísticos, traza un cuadro completo y exacto del Asia rusa, ayer inmensa estepa helada y hoy convertida en gigantesco «complejo» industrial. ¿Por qué Kruschef concede tanta importancia al desarrollo y población de esas regiones siberianas? Por una parte, para utilizar los inmensos recursos del subsuelo; por otra, para afirmarse en la Costa del Pacífico frente al Japón y Estados Unidos. Pero, sobre todo y fundamentalmente, para vigilar la frontera con China. Porque «eI problema de este siglo y de los venideros es China»..'

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