Un recorrido nostálgico por los juegos tradicionales de la infancia, cuando la imaginación bastaba para crear mundos y la calle era el mejor parque. Delgado recupera reglas, anécdotas y contextos de juegos olvidados por las pantallas y la hiperconexión. Es también una reivindicación del juego como forma de aprendizaje y socialización. Un libro que despierta recuerdos y propone alternativas pedagógicas.