Editorial Taurus, 1997. Edición revisada
Encuadernación en tapa dura con sobrecubierta, 22x14 cms, 418 pags.
Limpio, sin subrayados, ni marcas.
Hacer filosofía primera puede definirse como el acto de prestar concepto a unas pocas palabras, cuyo contenido en cada tiempo indica la comprensión que el hombre tiene de lo que es. Nada, ser, esencia, razón, materia, forma, espacio, tiempo, causa, accidente, necesidad… tan opacas y transparentes a la vez, tan generosas y tan parcas, ofrecen al sentido que se detiene a penetrar en ellas una visión propia sobre lo real. Este tratado de metafísica restaura el templo del saber antiguo para volver a pensarlas desde el presente, con atención especial a precisar las nociones realidad y substancia. Quien recorre la árida aventura del saber ontológico no se encuentra al término con la tierra prometida, aunque sí con una orientación adaptada a territorios sin mapa. Sin brújula distinta de invertir la lógica hegeliana -regresando desde el sujeto al objeto, desde la Idea a la Naturaleza-, rastrear la génesis de un ser que es hacer es cartografiar el automovimiento hasta su núcleo, introduciendo el concepto del ánimo en el discurso filosófico.
Tratado que parte de la consciencia substancial exaltada por el pensamiento contemporáneo y a cuyo termino se encuentra una Noción de la Vida.
Los conceptos de realidad y substancia han perdido su contenido en la Filosofía actual, cada vez más apoyada en la conciencia sin substancia. Pero ¿es posible la Filosofía sin que la razón se aplique a la realidad? Este tratado es, en pocas palabras, una verdadera redificación de la teoría filosófica moderna.