Editorial Nueva Utopía, 2006 1ª edición
Rústica con solapas, 20x14 cms, 177 pags.
Dibujar, aunque sea sólo a grandes rasgos, la personalidad de alguien que dejó de contar entre los habitantes del planeta es siempre interpretar. Interpretamos nuestra vida cuando estamos cercanos a la muerte. Eso parece ser lo que Marcos sugiere que hizo Jesús moribundo al poner en sus labios el grito con que Jesús interpelaba a Dios: ‘¿por qué me has abandonado?’. Rehacer el retrato de alguien que dejó de contar entre los habitantes del planeta hace unos dos mil años es aún más interpretar, porque el mundo del que fue parte (su cultura, su lengua, su familia, sus relaciones, sus primeros discípulos) desapareció ya hace mucho tiempo.