Memorias del Mariscal Montgomery

Memorias del Mariscal Montgomery, Buenos Aires, Emecé, 1959, Rústica, 560 pág, láminas b/n, 21x15, intonso

'Demasiados años han transcurrido desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial sin que el público lector de los cinco Continentes conociera el testimonio de uno de los principales actores del gigantesco drama desarrollado entre 1939 y 1945. En efecto, la palabra del mariscal Montgomery, encarnación del soldado pundonoroso y héroe de acciones bélicas decisivas, era esperada con el interés suscitado por la declaración histórica de quien, como pocos, tiene autoridad para relatar con profundo conocimiento de causa, muchos de los acontecimientos culminantes de la contienda.
Este hombre, que en la legendaria campaña del Norte de África tuvo por adversario caballeroso a otro genio de la guerra, el mariscal Rommel, empieza por ofrecernos la historia de su vida de soldado hasta el estallido de la Segunda Gran Guerra, cuyas etapas sucesivas trata luego en la medida en que le tocó intervenir en ellas como jefe siempre lúcido y sereno, recompensado con el título de Vizconde de El Alamein, en recordación de la victoria que alcanzara en la épica batalla.
El desembarco en Sicilia, la campaña de Italia, los preparativos y la invasión del Continente iniciada en playas normandas, la fase final de la guerra frente a un enemigo que se retiraba combatiendo pulgada por pulgada hasta luchar entre los escombros de su propio territorio, son otras tantas etapas cuyo relato y análisis llevan hasta el apasionamiento el interés del lector.
Ocúpase luego el mariscal Montgomery de la postguerra, período erizado de dificultades no menos tremendas que la lucha misma, ante la realidad de una Europa en ruinas que habría de plantear tanto a vencedores como a vencidos, problemas que por momentos aparecerían como insolubles.
La actuación del autor durante el período de V/hitehall y las crecientes desavenencias con Rusia, hasta hechos de menor envergadura pero no menos delicados, como el problema de Palestina, completan estas memorias que, como las de otros jefes militares y gobernantes de actuación decisiva en la conducción política, no sólo comportan una crónica de valor inapreciable para el conocimiento veraz de la catástrofe histórica sobrevenida por segunda vez en el siglo, sino también una fuente de útil meditación por los elementos de juicio que encierra para la adecuada comprensión del estado actual del mundo en que vivimos.'