Frente al sentido censurable que se suele dar a la palabra historicismo, el autor intenta demostrar que se trata de una de las revoluciones espirituales más grandes acaecidas en los pueblos de Occidente y agrega: "Historicismo no es más que la aplicación a la vida histórica de los nuevos principios vitales descubiertos por el gran movimiento alemán que va desde Leibniz a la muerte de Goethe"