LA BUSQUEDA DE LA NADA LA REALIZACIÓN DEL SER UN CAMINO HACÍA LA MEDITACIÓN. SESHA.
¿Por qué si la meditación parece como la describe, una práctica tan sencilla, se convierte en ocasiones en un suplicio?
La razón es muy sencilla: no hay capacidad de contemplación en la mente. La mente nada agitada en el tormentoso mar del apego y del deseo. Cualquier acción esta supeditada a la consecuencia que de ella obtenga; por ello, el futuro se ve impelido a expresarse a expensas del presente.
Note cómo su futuro no es libre, está estrechamente unido a sus deseos actuales. Ahora ya no tiene entonces escapatoria, la suerte está echada. Su futuro ya está definido, pues se construye con base a los planteamientos egoístas del presente.
El encadenamiento inexorable que relaciona, no solamente las acciones del presente, sino las acciones del presente con su futuro, se denomina karma.
Por lo tanto, su mente es tan sólo memoria en estado dinámico: usted es sólo lo que usted conoce de sí mismo; por ello, la falsa identificación de su realidad con su memoria lo lleva a eternizar su estado de individualidad.
Romper el lazo que une fatídicamente la acción del presente con la del pasado se llama dharma. Sólo a través del dharma es posible ejecutar la acción sin que ella direccione el futuro pues, en el acto dhármico, no hay ni apetencia de fruto por la acción ni egoísmo cuando se la realiza.
El hábito de permanecer sin esfuerzo psicológico en el Presente es llamado Contemplación. Quien contempla está libre, pues vive sin esfuerzo psicológico cualquier acto que el Presente brinda.
En el fondo es mucho más difícil permanecer caótico, confuso y disperso; sin embargo, en vez de intentar salir de esos estados, se busca hacer agradable lo amorfo, refugiados en las modas sociales o psíquicas…