Llevo más de una década años coleccionando “polveras”, es decir, las cajas-medallón realizadas para guardar ejemplares constitucionales. Según la tradición, fue una dama gaditana la que escondió el texto de la Constitución de 1812, impreso en un papel circular, en su polvera con el propósito de escapar del cerco francés y difundirlo. En 1820, surgieron las primeras ediciones de “La Pepa” con esa forma a modo de “souvenir” de la época. Tradición retomada con la II República y, continuada con la Constitución de 1978 y algunos estatutos de autonomía. Todas las “polveras”, que tengo a la venta, proceden de mi colección particular y son fruto del tiempo dedicado a recuperar estas piezas de nuestra historia que ahora pueden ser suyas.