Medalla en bronce de la Virgen de la Inmaculada, donde puede observarse a la izquierda de su imágen, en una diminuta mancha de óxido ( véanse fotos ), el rostro de Cristo configurado perfectamente. Caprichosa forma surgida espontáneamente, que congratula esta imágen en este año mariano de su glorificación. Está magníficamente fundida, pudiéndose apreciar el rostro de ella y de los angelotes con la expresividad propia de la pintura de Murillo. Mide 4 cm. de diámetro, 4 mm. de grueso y el cordón es de seda de su congregación.