La obra presentada es un cuadro del artista Clayette, titulado "Capriccio", se trata de una obra que presenta una estructura onírica y fantástica muy detallada, realizada en técnica mixta sobre cartulina, empleando principalmente tinta o grafito, lo que aporta una gran capacidad de detalle. Este tipo de dibujo permite al artista jugar con las sombras y el contraste, aunque es evidente que la obra sigue una tendencia monocromática, lo que sugiere un estilo surrealista o caprichoso. En este caso, el paisaje arquitectónico que aparece en la obra podría recordar a los artistas italianos del siglo XVIII que realizaban capriccios y trabajaban con el surrealismo de escenarios imposibles o ambiguos, tales como Gianbattista Piranesi. El surrealismo en estas representaciones es evidente, con torres flotantes, relojes suspendidos y construcciones imposibles que provocan asombro al espectador. Este tipo de arte se mueve en una dimensión simbólica, estimulando la mente a través de elementos irreales pero estructuradamente complejos.