LITOGRAFIA JAVIER HERNANDEZ LANDAZABAL 1986
FIRMADA A LAPIZ Y NUMERADA 147/200
ENMARCADA
TAMAÑO EXTERIOR MARCO 51CM X 67,5CM
ENVIO CERTIFICADO 10 EUROS
fragmento de HISTORIAS de Xabier Saénz de Gorbea
Lo que denomina Realidades Planas, son las piezas más antiguas, fechadas entre 1984 y 1987. Según su autor, “Es la serie más realista, en tanto en cuanto, no conformándose con plasmar el espacio, intenta captar el tiempo, o al menos, la huella que este inevitablemente deja a su paso. Desde este punto de vista son cuadros que se convierten en crónica del deterioro”.
La elección de motivos reales planos o apenas sin relieve, tiene que ver con el debate artístico de los sesenta y un intento de la pintura por definir sus límites. Obviando y negando la tridimensionalidad y la profundidad óptica de la representación, los artistas intentan ajustarse a la realidad de un soporte plano con pintura que manifiesta semejante conciencia bidimensional. En este contexto de negación de la perspectiva se van a producir tanto obras relacionales de carácter abstracto como las de Franck Stella e hiperfigurativas como las de Malcolm Morley, quien realiza arrugados carteles de viajes en un intento de negar el carácter ilusionista.
Hernández Landazabal pinta mediante grandes planos de color para representar paredes, puertas y zócalos, donde los detalles de rallas, veladuras, cables y esgrafiados pueden pasar en principio desapercibidos, inmersos en una superficie absorbente, arrolladora, como ocupando un segundo plano. En una mirada posterior, se observan estudios matemáticos y esquemas compositivos, como en el caso de “La huella de Leonardo” donde hace una referencia a las tablas del tiempo, por medio de las anotaciones e indicaciones de un maestro de antaño.
Los pequeños rastros y huellas, como un enchufe o una mancha, son rescatados y tomados como motivo principal. Su absoluto protagonismo es ratificado por un título particularmente denotativo y explícito. Es un programa plástico muy semejante al que lleva el bergarés Jesús María Lazkano en el año de 1984.
En piezas como “Es necesario un enchufe” o “Alpargatas Casa Hipólito” aplica una grafía construida a base de plantillas que arrastra la huella del tiempo, cuyo tratamiento manifiesta que el negocio pasó hace tiempo a la historia. Lo envejecido y lo deteriorado son síntomas de un modo de mirar inequívocamente romántico.