Es una versión gatuna de la ruleta rusa con un gran componente estratégico. Los jugadores roban cartas por turnos hasta que a alguien le sale un "Exploding Kitten" (Gatito Explosivo) y pierde la partida, a menos que tenga una carta de desactivación. El objetivo es usar las cartas de acción para evitar la explosión y obligar a los oponentes a robar el gatito explosivo. El juego está diseñado para 2 a 5 jugadores, a partir de 7 años, y las partidas duran aproximadamente 15 minutos