¡Qué aburrido es ser una princesa! Sabela está cansada de que se lo den todo hecho, de tener que sonreír siempre y vestir ropas bonitas y súper limpias. Ella quiere poder subir a los árboles, meter el dedo en la nariz, vestirse y peinarse sola... Una mañana, cansada de ser una princesa, decide tirar su corona al estanque de los peces. El rey, como castigo, ordena que Sabela trabaje en la cocina de palacio y en el corral de los cerdos. ¡Qué divertido! ¡Nunca había sido tan feliz!