Adiós a Berlín combina realidad y ficción, donde el narrador, Christopher Isherwood, no es necesariamente el autor. La novela retrata personajes marginales en Berlín, exiliados bajo la amenaza del horror inminente. Es un documento sobre una ciudad harapienta y corrupta en los años treinta, mostrando la claudicación ante el nazismo y el egoísmo generalizado. La habilidad de Isherwood transforma este documento en una obra literaria.