Antón, como muchos chicos de su edad, está enganchado al móvil y a los videojuegos, reduciendo su experiencia vital al mundo virtual. Sus padres, preocupados por esta situación, deciden llevar a cabo un plan para reconectar a Antón con el mundo real. A través de esta experiencia, Antón descubrirá valores como la lealtad, la amistad y el trabajo en equipo, encontrando la felicidad más allá de las pantallas.