En un rincón de Arabia, en un lugar seco donde no hay agua, pero lleno de palmeras y hierba en las zonas donde sí la hay, vive Hakim, un joven rico que vive cómodamente, organizando grandes fiestas hasta que se agota su fortuna. Entonces, se ve obligado a vender todo: camellos, ovejas, cabras, caballos... Y después de gastar el dinero recaudado, tiene que ir al mercado en busca de trabajo. Pero nadie se acerca a él y Hakim se encuentra solo en la plaza vacía. Cuando estaba a punto de irse del mercado a una cueva, escuchó pasos. Alguien venía desde el otro lado del mercado. Se movía muy lentamente y parecía un anciano, muy viejo. Pero vestía una túnica rica y su turbante parecía de seda. Hakim pensó que debía ser un jeque anciano. Parecía triste y cansado.