El millonario Hunter Osland no podía creer que una de las empleadas de la empresa que su familia acababa de comprar fuera precisamente Sinclair Mahoney, la mujer con quien había pasado una única noche de pasión. El recuerdo de aquella noche motivó a Hunter a intentar retomar la relación, pero la reticencia de Sinclair le obligó a adoptar otra estrategia: primero demostraría lo mucho que la deseaba mientras estaban en la oficina, y luego se lo demostraría en el dormitorio.